Perdido y recién llegado

No había empezado con muy buen pie lo de ser mago. En primer lugar, papá se volvió loco, se entusiasmó demasiado y comenzó a decir estupideces. Paris me miraba con envidia mal disimulada, y el pequeño Mike no se daba cuenta de nada. Tuve muchos problemas para acomodarme a la que es mi nueva vida.

El día para coger el expreso de Hogwarts, casi no cogo el tren. Como papá me acompañó a la estación, lo persiguieron los periodistas y con un miles de periodistas rodeándonos era imposible atravesar la columna por la que yo debía pasar. Al final papá tuvo que irse a un Starbucks para que yo, rodeado de un tropel de guardaespaldas, pudiera entrar por ella. Cuando llegué al tren me senté en un compartimento sólo hasta que vinieron unos chicos muy raros y se acoplaron, comenzaron a fumar y a mirarme mal.

Ahora había llegado a Hogwarts y resulta que me había tocado ser un Slytherin. Todos me miraban de manera extraña y me señalaban. Me daba igual estar en una casa u otra, para mí no tiene la mayor importancia, aunque los chicos de Slytherin no tienen muy buena fama en Hogwarts y se llevan mal con unos Gryffindor. Lo único que me gusta de Slytherin es el color verde y la serpiente, porque yo tengo una serpiente que se llama Madonna.

Al día siguiente de llegar al colegio, lo recorrí de arriba a abajo, perdiéndome en numerosas ocasiones hasta que llegué a una especie de cabaña. Picado por la curiosidad entré en ella. Estaba vacía, sucia y olía bastante mal.

Caminaba Razz por los terrenos, hasta dar con la cabaña del guardabosques, al ver la puerta abierta no se lo pensó dos veces, entró y abrió la pequeña despensa, sacó una botella de vino y algo para picar, cerró la puerta y se dió cuenta de que no estaba solo, miró al crío y sonrió. - Hola, soy Razz Prince.- se presentó ofreciéndole una mano.

Veo lo que hace el chico y arrugo la nariz. Lo recordaba de verlo en la sala de Slytherin alguna vez y le estaba robando al dueño de la propiedad, no estaba bien.

-Hola... soy Prince -dije sin tenderle la mano, no muy convencido. Papá decía que desconfiase de extraños y de la prensa.

- que haces aquí Prince?- pregunta sin dejar de sonreir, intentando aparentar amabilidad. - veo que eres de Sly, como yo.- comenta asintiendo. - y estás en primer año si no me equivoco.- añade.

Parecía muy amable conmigo, pero seguía siendo un ladrón.

-Estoy... algo perdido -dije.- Porque es mi primer año.

- ah claro.- dice asintiendo. - y que buscas ahora?- preguntó.

-No lo sé -le dije encogiéndome de hombros.- Es que estaba dando una vuelta algo perdido y entré aquí.

- en la vieja casa del guardabosques...- explicó. - aquí todo está muy sucio.- dice sentándose en una silla, ofreciéndole la otra a Prince. - y bien Prince, tienes familia aquí en Hogwarts?- preguntó.

Me senté en la silla que me ofrecía y tardé algo en responder, no era de mis temas preferidos.

-No... estoy aquí solo -le contesté.

- vaya, como yo.- dice asintiendo. - pero ya ves, me va genial.- comenta abriendo la botella y bebiendo un poco.

-Oye... -le dije con cuidado,- ¿eso que has hecho hace poco no se llama robar? -le pregunté.

- no... estoy haciendo un bonito servicio a la comunidad.- explica sonriendo. - mira, con esto me aseguro de que el Guardabosques no trabaje borracho y de esta manera de mala forma.- comenta.

Reflexioné en lo que dijo un par de minutos, pero no me convenció.

-Aunque lo hagas por el bien común, sigue siendo robar -le dije.

- pero lo hago por el bien común.- se excusó, dando otro trago.

-¿No eres muy... pequeño para beber así? -le pregunté, bebía exageradamente.- A los 30 tendrás una cirrosis o hepatitis B.

- no soy pequeño.- explica. - tengo 17.- añade sonriendo.

-Sigues siendo pequeño -dije algo terco.- Y te saldrá una cirrosis espantosa, te lo digo yo... ¿no fumarás también, no?

- no, eso no me mola mucho.- explica sonriendo. - tranquilo, que no suelo beber mucho.- añade.

"Si no me preocupaba por ti, sólo te informaba de lo que hará tu estómago" -pensé alzando una ceja.

-Pues entonces mejor, porque no me gustaría estar entre una panda de alcohólicos, papá dice que son malas compañías -se me escapó.

- quien es tu papi?- pregunta con tono infantil.

-Yo le llamo papá, paaa o jefazo -dije frunciendo el ceño.- Es... se llama Michael... -dije simplemente.

- bonito nombre Michael.- dice pensando, asintiendo.

-Sí, es un nombre precioso que te llena de calor con sólo oírlo... -dije irónicamente. Era una suerte que en el mundo de los magos no se tuviera tan en cuenta a la gente sin magia (me había documentado sobre ello), así no tendría problemas con el tema de mi padre.- ¿Y tus padres? -le pregunté.

- estan muertos.- dice brusco. - pero tengo padres adoptivos muggles.- añade.

-Ah -dije algo cortado. Al final pues tenía padres muggles como yo. Pero con un poco de suerte era sólo fan de The Beatles.- ¿Y cómo son tus padres adoptivos?